El calor ya, por fin, acaricia la piel llenándonos los poros de luz, de sol, de tiempo de descanso y de desconexión. La recta final del trabajo nos llevará rápido a las vacaciones y, con ellas, aflorarán un montón de emociones. Está servida la tranquilidad pero, también, la ebullición. Aprovechar los momentos que vienen nos hará mucho bien.
Las vacaciones siempre nos encuentran mirando hacia atrás, hacia lo que nos ha gustado y no nos ha gustado haber hecho. También nos encuentra proyectando el futuro, imaginar lo que queremos será necesario, ser capaces de hacer nuestros sueños realidad, será la clave. Este periodo de reflexión que se acerca es absolutamente necesario para crear el caldo de cultivo que necesitan nuestros propósitos. Nos toca crear buenas intenciones y las crearemos con la mente limpia y preparada para poder ser recargada de nuevo.
Recomiendo que preparemos nuestro descanso no sólo de cuerpo sino también de mente, permitiendo que emerja todo lo positivo que llevamos dentro y que nuevos y mejores pensamientos se adueñen de nosotros.
Algunos consejos concretos:
Observa
Reflexiona sobre las cosas que te han ofrecido la mejor versión
de ti mismo para empeñarte en ellas.
Disfruta
Piensa en lo que te gusta hacer para organizar la mayor parte del tiempo que
puedas y, si no puedes hacerlo todo el tiempo, darte una dosis de disfrute a diario
y así llenarte de energía positiva que te ayude a enfocar la vida con optimismo.
Piensa en grande
Decía Ortega y Gasset que sólo se avanza cuando se mira lejos.
Mirar corto nos moverá cerca, mirar a larga distancia nos llevará
a nuevas oportunidades y retos emocionantes.
Empéñate
Lo ‘imposible’ es solo una etiqueta mental. La historia
está repleta de ‘imposibles’ que resultaron no serlo.
La ciencia, además, ha demostrado que con dedicación nuestro cerebro
y nuestro cuerpo se vuelvan diestros y ágiles en cualquier disciplina.
Esto también será muy útil para esclarecer
si realmente una pasión lo es de verdad.
Rodéate
Ayúdate de buenas personas, lo bueno siempre conduce a lo bueno.
Tener cerca personas optimistas y que cumplen con los principios anteriores
te servirá de gran ayuda en tu empeño y te acercará
un poquito más a tus objetivos.
Y, todo esto, hagámoslo con ilusión y con la inocencia y la curiosidad que tienen los niños. Sin cometer el error de plantearnos la reflexión y nuestros planes de futuro demasiado en serio, hacerlo puede implicar la amargura de no lograrlos. ¡Démonos margen!
Isabel Bonilla. Founder & CEO Bo Growth