La igualdad en el ámbito laboral parte de la base de que todas las personas puedan disfrutar de las mismas oportunidades, tanto en el acceso al empleo, como en todas las prácticas empresariales de gestión de personas que nos afectan como empleados, evitando cualquier discriminación o desigualdad de trato.
Hombres y mujeres, ansían ser escuchados y tener las mismas posibilidades en su trabajo sin que su género sea un condicionante. Este cometido, no es más que la respuesta a una necesidad vital que va unida a las circunstancias de cada persona, y que trata de poner las cosas como debieran estar, ayudando a propagar en la sociedad algo que va más allá, pero que ya se espera de cualquier organización.
Mientras tanto, la necesidad se ha convertido en obligación. La entrada en vigor de nuevos decretos y la cercanía de la finalización de plazos para que las empresas puedan tener implantados sus planes de igualdad nos hacen ver que el progreso es necesario, encontrando continuamente publicaciones que recuerdan esta obligación legal. Cabe, sin embargo, ir más allá de la obligación y reflexionar sobre los beneficios que puede traer su implantación, tanto para las empresas, como para sus equipos y, sobre cómo puede la obligación ser una oportunidad que convierta a mi compañía en un referente además de conseguir desarrollar los vínculos con mis empleados de una manera única.
Más de 10 años ayudando a nuestros clientes a desarrollar sus políticas de igualdad, nos han enseñado que la buena implantación de un Plan de Igualdad en la compañía supone una potente herramienta de atracción y de fidelización del talento al permitir conocer cómo son percibidas las políticas de gestión de personas por parte de sus destinatarios, para poder ser mejoradas a partir de oír su voz. Esto es lo que nosotros llamamos el concepto de La voz del empleado, algo tan relevante como imprescindible.
Un buen desarrollo del proceso que conlleva la elaboración de un Diagnóstico como fase previa al diseño del Plan de Igualdad, facilitando a las empresas una valiosa información sobre la situación de su plantilla, escuchando el sentir de sus equipos, la satisfacción de sus trabajadores, sus propuestas de mejora, y obteniendo así un excelente análisis de la experiencia del empleado con múltiples insights sobre los que diseñar sus posteriores planes de acción.
En la fase de Diseño, en Bo Growth planteamos la integración de la igualdad como principio o valor cultural empresarial que supone el desarrollo de un proceso de cambio y que pasa a formar parte de la estrategia empresarial, implicando la introducción del enfoque de igualdad en el desarrollo de las distintas prácticas de gestión de personas.
De acuerdo a ello, para el diseño del Plan analizamos cada una de estas prácticas y asesoramos a nuestros clientes proponiendo la implantación de las medidas más adecuadas a su propia realidad, partiendo de que cada realidad es única, y de que lo que es válido para una empresa no lo es para otra. Al final las empresas las formamos personas, personas con distintas necesidades, y nuestro foco está en cubrir adecuadamente las necesidades detectadas en “nuestras personas”.
Tras su implantación los efectos sobre la satisfacción del personal son inmediatos. Los empleados perciben mayor objetividad e imparcialidad en las decisiones que les afectan, sintiéndose escuchados y encontrando recogidas sus necesidades en los estilos de gestión. Lo que, además, desembocará en un mejor clima laboral, una menor rotación y absentismo, una menor conflictividad laboral, y un mayor bienestar de los empleados.
Mariam Sanmartín. Manager Bo Growth.