Hablamos con la directora de la escuela internacional de pilotos Panamedia, Montse Subirats.
Su día a día como directora de Panamedia es hacer posible las cosas: hacer que las cosas pasen. Organizar a todos y a todo para lograrlo; así lo ha hecho siempre a lo largo de su carrera también para sí misma. A pesar de que en ocasiones la vida te hace tener que buscar nuevos caminos, ella siempre supo orientarse y dirigirse en busca de nuevas oportunidades.
Montse nos habla en primera persona sobre la cultura del esfuerzo, la humildad, la resiliencia y el peso de cultivar un buen networking. Su aprendizaje en los dos momentos de desempleo que vivió a lo largo de su carrera y cómo lo enfocó en su trayectoria, lo describe como “una caída de la Pirámide de Maslow” en la que debes de volver a subir para seguir creciendo.
¿Quién es Montse Subirats y a qué se dedica?
Montse Subirats es doctora en Psicología, especializada en Psicología del Trabajo y las Organizaciones o Psicología Industrial, que actualmente se dedica a dirigir la Base de Valencia de la escuela internacional de pilotos más antigua de España, en Panamedia.
¿Cómo te definirías a ti misma?
Me definiría a mí misma como una representación de la generación X. Yo soy la generación X “de libro”, es decir, para mí, lo más importante de la vida es el trabajo. En mi escala de valores, en la primera posición está el trabajo, y a partir del trabajo organizo y gestiono las demás áreas de mi vida: tiempo libre, familia, amigos, etc.
Panamedia es una de las escuelas de pilotos más importantes del país. ¿Cómo es el día a día de la directora de Panamedia en Valencia?
Mi día a día se basa fundamentalmente en organizar, en ordenar, en coordinar y en ejecutar, ese es mi día a día, es decir, a veces creo que soy el “Siri” de Panamedia, porque me dedico a recordar a la gente -empleados, alumnos, clientes- lo que tienen que hacer, cómo lo tienen que hacer, en el orden que lo tienen que hacer, los plazos que hay; y, sobre todo, en ejecutar los planes, porque en Panamedia hay muchos planes, muchas ideas, muchos objetivos por cumplir, pero hay que ejecutarlos, hay que implementarlos, llevarlos a la acción, bajarlos al terreno. Fundamentalmente mi día a día se dedica a eso.
Cuéntanos tu trayectoria profesional.
Cuando yo terminé los estudios de Psicología obtuve una beca de formación de personal docente e investigador, se llamaba así, beca FPI y, con esta beca estuve trabajando en la universidad durante cuatro años. Yo tenía un buen expediente académico y conseguir una beca de estas características no estaba a disposición de cualquiera, lograrla era abrirme las puertas a una plaza de funcionario en la universidad y era una garantía de futuro y de porvenir. Sin embargo, cuando acabó esa beca no hubo posibilidad de continuar en la universidad porque, en ese momento, se vivía una crisis económica en el país y en la Universidad de Valencia también, por ende, la Facultad de Psicología no ofertó plazas para promocionar y tuve que buscar trabajo fuera de la universidad con un perfil muy académico, hecho que dificultó encontrar trabajo en el sector privado.
Gracias a mis contactos, gracias a mi networking, una amiga que conocí cursando el doctorado me ofreció la oportunidad de trabajar como profesora en una universidad privada, en Florida Universitaria, ubicada en Catarroja. Empecé a dar clases allí, dentro del departamento de Marketing, Ciencias Sociales y Humanas. Me tocó adaptarme a las asignaturas que quedaban, daba clases de distintas materias en distintas carreras (Empresariales, Turismo, Ciclos Formativos). Estuve allí trabajando unos 4 o 5 años y seguí abierta a seguir haciendo formación para complementar mi jornada. Me surgió entonces la oportunidad de empezar a dar clases también en una escuela internacional de pilotos, la desaparecida Airmed, aquí empecé a dar clases de Psicología en inglés, dentro del programa de estudios de la carrera de pilotos y auxiliares de vuelo; con lo cual empecé a combinar mis clases en la universidad privada con mis clases en esta escuela de pilotos.
Hubo un momento en que la escuela de pilotos me ofreció convertirme en la Jefa de Enseñanza Teórica de la escuela y entonces renuncié a mi trabajo como docente en la universidad privada. Aquí encontré mi sitio, pude aunar mis aspiraciones docentes con una vocación que nació en mí, la aviación. Tanto es así que hasta conseguí mi título de piloto privado de avión, me hice miembro y unos años secretaria de la Asociación Española de Psicología de la Aviación (AEPA).
Además, en el 2010 decidí volver de nuevo a la universidad, esta vez como profesora asociada, impartiendo clases en inglés en el grupo ARA (Alto Rendimiento Académico) en la Facultad de Psicología. La docencia siempre me ha apasionado.
Pero, de nuevo, cuando me encontraba en un momento dulce compatibilizando ambos trabajos, como consecuencia de la crisis económica, la escuela entró en concurso de acreedores en 2011 y, por segunda vez, me vi desempleada y tuve que volver a buscar trabajo. Y, otra vez, gracias a mi networking, a mis contactos, una amiga que conocí mientras trabajé en la Facultad de Psicología y que también es profesora asociada en el mismo Dpto., me ofreció la oportunidad de trabajar en una consultora de recursos humanos y estuve allí trabajando durante 3 años y medio como Consultora Senior. Convertirme en consultora me obligó a redefinirme desde abajo, yo tenía muchos conocimientos de psicología teóricos pero ahora había que ponerlos en práctica para nuestros clientes y tuve que aprender una profesión desde cero.
Nunca renuncié a volver al mundo de la aviación por vocación y seguí en contacto con miembros de AEPA, con funcionarios de Aviación Civil española, con pilotos y auxiliares de vuelo…, hasta que apareció una nueva escuela internacional de pilotos en Valencia. Inicialmente se pusieron en contacto conmigo para que elaborara el Manual de Formación del curso de Auxiliar de Vuelo y, posteriormente, me ofrecieron ser la Directora de la Base de Valencia, que es donde estoy trabajando actualmente.
¿Qué aprendizaje sacaste de cada etapa de tu carrera? ¿Qué hiciste bien y qué no debiste hacer en cada momento?
Yo el aprendizaje que he sacado, sobre todo en estos dos momentos en los que he estado desempleada, es que es muy importante tener una buena red de contactos, tener un buen networking y ese networking lo tienes que cultivar y lo tienes que hacer crecer, desarrollar y mantener, incluso en períodos de estabilidad laboral, siempre hay que cuidar ese networking. Para ello creo que son muy importantes las habilidades sociales, la inteligencia emocional y, también, creo que es importante saber adaptarte a las circunstancias y ser humilde, porque yo realmente las dos veces que he me he encontrado desempleada lo he vivido como “una caída de la Pirámide de Maslow”.
Estuve dos veces en el top de la pirámide y me caí dos veces y cuando tienes que volver a subir la pirámide, tienes que volver a niveles anteriores, quiero decir, tienes que volver a aceptar determinados salarios, tienes que volver a aceptar determinadas condiciones laborales, determinadas formas de trabajo, determinados horarios, cosas que hacía mucho tiempo que no formaban parte de tu vida laboral porque estabas en la cúspide de la pirámide y si quieres volver a crecer tienes que volver a pasar por ahí. Para mí el networking y la humildad fueron claves muy importantes. Si yo no hubiera aceptado que, para volver a subir, tenía que renunciar a muchas cosas, no estaría hoy donde estoy.
Por último, creo que hice bien apostando por el pluriempleo. Yo siempre he compaginado un trabajo principal con otros temporales y/o parciales. Depender económicamente de un solo empleo es arriesgado hoy en día. Segmentar, diversificar el trabajo es útil porque si pierdes uno de ellos aún te queda el otro. En este sentido, la cultura del esfuerzo es muy importante, no hay que relajarse nunca.
¿Qué fue lo más duro de cada momento de recuperación?
Para mí lo más duro es tener que buscar trabajo y competir con gente de otra generación, que quizás está más preparada para ese momento actual que estás viviendo, con todo lo que tiene que ver con las redes sociales, todo lo que tiene que ver con las nuevas tecnologías, esto es muy importante hoy en día y, al final, compites por puestos de trabajo donde el otro candidato con el que compites es una persona que pertenece a la generación Y, o Millennials, o incluso las futuras generaciones Z, que están mucho más adaptadas a la situación actual laboral.
¿Y lo más positivo? ¿Qué te aportó esta experiencia? Finalmente, volviste a la aviación. ¿Cómo fue?
Las dos situaciones de desempleo me confirmaron lo importante que es seguir la cultura del esfuerzo, actuar con humildad y la resiliencia, el saber reponerte pronto de las situaciones. En cuanto al regreso a la aviación, a la Escuela Internacional de Pilotos Panamedia, que actualmente celebra sus 41 años, es la escuela de pilotos más antigua de España. En su base central de Palma de Mallorca decidieron en 2011 abrir una base en Valencia y en el año 2015 me propusieron ser la directora de la base, y así es como volví al mundo de la aviación, porque vinieron a buscarme.
¿Qué consejo le darías a alguien que como tú ha tenido que empezar de nuevo?
Mi mayor consejo es que hay que saber bajar el nivel y volver a tiempos pasados, donde las condiciones laborales son peores, donde el salario es peor, donde la jornada laboral es peor, donde tienes que volver a viajar, etc. Es decir, tienes que asumir que tienes que volver a subir los peldaños de nuevo y regresar a estadios laborales anteriores que quizás ya habías olvidado y creías que nunca ibas a volver a experimentar.
Las carreras profesionales no son lineales, es decir, no suele haber una línea siempre progresivamente ascendente, hay altos y bajos, escalones. Por ello hay que vivir intensamente todas las situaciones laborales que atraviesas, de todas se aprenden cosas. Por otra parte, creo que no hay que rechazar ofertas de trabajo, que nunca sabes si ese trabajo va a ser bueno o no, a tiempo de rechazarlo después de una semana o después de un mes siempre estás y quizás, un trabajo que te parece de entrada estupendo luego no lo es y un trabajo que de entrada te parece horroroso luego quizás es tu futuro, entonces creo que no hay que rechazar ofertas y que hay que asumir otras condiciones laborales.
¿Cuál es tu mantra? Esa frase o consejo que va contigo y que te ha ayudado en tu carrera y en tu vida.
Tengo varias frases o varios mantras en mi vida, no tengo uno solo, pero, para mí, uno sería que hay que ejecutar y que hay que hacer las cosas. Está muy bien tener planes y objetivos de cara al futuro, a medio, largo, corto plazo, pero que hay que ejecutarlos, hay que implantarlos. Igual que está muy bien tener ideas creativas, ser muy innovador y ser muy original, pero eso luego hay que trasladarlo a la práctica, implementarlo y ejecutarlo. Una frase típica mía es que “hay que ejecutar” y otra frase que me gusta mucho, quizás más que la anterior, es que “hay que dominar tu mente”.
Somos seres humanos, somos privilegiados, somos muy inteligentes, creo que somos la especie más inteligente que hay hoy en día, o que conozcamos que existe y creo que no tenemos que dejarnos influir por emociones y sentimientos que nos perjudiquen, entonces, creo que somos lo suficientemente inteligentes y estamos lo suficientemente preparados como especie para dominar y controlar tu mente en tu beneficio, yo por eso siempre a mis hijos les digo, “domina tu mente”, tenemos que ser capaces de dominarnos a nosotros mismos porque somos capaces de ello y mucho más.