Isabel Bonilla, socia fundadora de Bo Growth, impartió una sesión sobre Dirección de Personas en el Executive MBA de EDEM destacando la importancia de la gestión del talento para ayudar a las empresas a crecer a través de las personas.
La dirección de personas es una parte esencial y estratégica para el éxito de las organizaciones. Y para dirigir bien personas,- como señaló la ponente- “lo primero es conocer bien cómo somos las personas.
Es necesario tener en cuenta que las personas pensamos, sentimos y en consecuencia actuamos; es decir, tenemos razón, corazón y cuerpo.
Las personas tenemos motivaciones, ideales e intereses que condicionan nuestro comportamiento, tanto el QUÉ hacemos como el POR QUÉ lo hacemos”.
Una parte de la sesión se centró en la cultura de empresa.
Señaló que hay empresas que son capaces de crear contextos que permiten potenciar las virtudes y capacidades individuales de las personas; y sacar lo mejor de cada una de ellas para crear sinergias.
Son empresas con una cultura arraigada, compartida y conocida por todos. Facebook, Google, Twitter… son empresas con cultura muy desarrollada.
“Todas las empresas tienen personas y las personas tienen necesidades, por lo que las empresas no dejan de tener intereses sumados de varias personas ya que los empleados necesariamente piensan, sienten y actúan”.
¿Qué podemos hacer para desarrollar esta cultura en nuestro entorno?
Si queremos conectar culturalmente a todos los miembros de nuestra empresa para ir juntos hacia un objetivo común, debemos de tener en cuenta que la transformación cultural se basan en 3 grandes componentes:
- Los líderes: Las personas que lideran la compañía son ejemplo para los demás ya que las personas aprendemos y nos desarrollamos por imitación. Por esta razón es importante formar los líderes de nuestra compañía.
- Los comportamientos: Es necesario cambiar la manera de comportarnos y de organizarnos y movilizar a las personas para generar un cambio hacia lo que queremos construir.
- El talento: Nuestra empresa es lo que son nuestras personas y lo que son capaces de hacer a través de sus redes de cambio. Las personas son el coeficiente intelectual de la compañía. Es necesario poner en marcha los procesos adecuados para convertir el mejor talento en innovación y dinamismo en la empresa.
¿Y quién debe encargarse de poner en marcha todos estos elementos para generar un cambio?
Pues bien, la respuesta es que esto no sólo es una cuestión de Recursos Humanos sino que también depende del líder.
Los líderes de personas, los directivos y mandos intermedios son importantes eslabones en esta cadena de innovación y creación de cultura empresarial.